Usos, dificultades y posibilidades de la categoría de género.

Las tres ideas principales que plasma la autora son:

1.- Desarrollo de la categoría de género.

2.- Sus usos desde las diversas disciplinas sociales

3.- Posibilidades de la categoría para analizar la diferenciación sexual.

El feminismo de los años setenta enfatizó la distinción de que las características humanas consideradas femeninas no se derivan naturalmente de su sexo, sino que son adquiridas mediante un complejo proceso individual y social.

Joan Scott distingue cuatro elementos básicos del género:

1.- Símbolos y mitos culturales con múltiples representaciones.

2.- Normas sobre varón y mujer, masculino y femenino.

3.- Instituciones y organizaciones sociales: parentesco, familia, mercado de trabajo, instituciones educativas, política.

4.- Identidad – mezcla de identidad genérica con identidad subjetiva.

Marta Lamas señala dos usos básicos de la categoría género:

1.- El que se refiere a las mujeres.

2.- El que se refiere a la diferencia sexual en la cultura y las relaciones sexuales de los sexos.

Desde la antropología, la definición o perspectiva de género, alude a cómo una cultura dada, elabora la diferencia sexual.

El historiador Manuel Delgado analiza cómo los varones ven a la religión como maquinaria de integración y control de la sociedad.

Aunque las personas están configuradas por la historia de su propia infancia, por las relaciones pasadas y presentes dentro de la familia y la sociedad, las diferencias entre masculinidad y femineidad no provienen sólo del género, sino también de las diferencias sexuales, del inconsciente de lo psíquico.

Foucault demostró que el sexo está sujeto a una construcción social: la sexualidad es lo más sensible a los cambios culturales, las modas y las transformaciones sociales.

Hoy sabemos que la sexualidad no es natural sino que ha sido construída: la simbolización cultural inviste de valor `o no´, al cuerpo y al acto sexual.

Necesitamos usar la perspectiva de género para describir cómo opera la diferencia sexual en las prácticas, los discursos y las representaciones culturales.

La autora termina señalando que no es natural la subordinación femenina, como tampoco lo es la heterosexualidad. Cuando el feminismo se cuestiona sobre la desigualdad social de las mujeres y los hombres, desemboca en la simbolización de las diferencias sexuales y las estructuras que participan. Termina fantaseando sobre la utopía de eliminar el género. Este camino habla sobre un futuro más polisexual y una sociedad donde sólo habrá “cuerpos y placeres”.

La aspiración es lograr una situación en la que la llamada sexualidad desviada, no sea solamente tolerada, sino que deje  de ser identificada como diferente.

Lamas, Marta (1999). Usos, dificultades y posibilidades de la categoría de género. Papeles de Población, 5(21),147-178.[fecha de Consulta 8 de Enero de 2020]. ISSN: 1405-7425. Disponible en:   https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=112/11202105